Lacan introduce desde las primeras páginas del Seminario 19 el teorema “No hay relación sexual”, podríamos decir que lo introduce desde el mismo título, ya que añade “fuera de eso (del no hay relación sexual) sólo puede ser peor”(1).
Jacques-Alain Miller resume la cuestión en juego -la que el teorema define- con las palabras de Lautréamont: “Encuentro fortuito entre una máquina de coser y un paraguas” y las de Freud “encuentro imposible entre la ballena y el oso blanco”. Añade que esas palabras conmueven algo en nosotros. Se trata del hombre y la mujer. “Entre los dos, ningún acuerdo ni armonía, no hay programa, nada preestablecido: todo está librado al azar, lo que en la lógica modal que Lacan convoca, se llama contingencia”(2).
La vigencia y actualidad de la reflexión sobre el sexo de este seminario está presente en la sociedad (la problemática feminista y la llamada ley trans por ejemplo) y en nuestra propia disciplina (basta saber el tema del próximo Congreso de la AMP: La mujer no existe y todo el trabajo preparatorio en el que están comprometidas nuestras escuelas).
En verdad el Seminario 19 … O peor, constituye una suerte de taller o laboratorio preparatorio de lo que quedará plenamente establecido en el siguiente seminario, el 20, con las fórmulas de la sexuación. Tiene el valor precisamente de mostrar ab initio la elaboración que es necesaria para poder establecer el cuadro de las fórmulas de la sexuación, el que a veces queda oculto cuando ya toma la forma de un saber establecido.
Lacan muestra en la primera parte del Seminario que en el lenguaje no existe esencia o significado a priori sino un sistema de diferencias. Pero ese sistema de diferencias sólo es válido para una parte de la sexualidad, la parte representable de la sexualidad, lo que ahora se llama género. Pero ¿qué ocurre si se intenta someter el campo del goce, tal como Lacan está tratando de introducirlo en su enseñanza de esos años, en esta lógica significante? Que la máquina de diferencias deja de funcionar, se atasca y produce síntomas.
Cuando se trata de goce y sobre todo de goce sexual, entramos en el campo del Uno … sin el Otro. Solo también en cuanto a la significancia (fuera de la semántica). “Aquí comienza la última enseñanza de Lacan(3).
(1) Lacan, J. El Seminario Libro 19 …O peor, Paidós, Buenos Aires, 2012, p.12.
(2) Miller, Jacques-Alain Contraportada del Seminario 19.
(3) Idem.