Inconsciente y síntoma son dos fundamentales conceptos que aparecen desde el inicio de la obra de Freud y que atraviesan la práctica analítica hasta nuestros días.
Si bien para Freud, en un primer momento, se trataba de interpretar el síntoma como medio para hacer consciente lo inconsciente, pronto se encontró con la paradoja de que los síntomas se perpetuaban a pesar de traer a la luz vivencias reprimidas fundamentales en la existencia de sus pacientes. Sigmund Freud intentó buscar explicación a esta paradoja a través de nociones como “la reacción terapeútica negativa”, “el más allá del principio del placer”, “la pulsión de muerte” o “la roca de la castración”.
Estos restos paradójicos a los que se llega tras el trabajo de un análisis tomarán una importancia fundamental en la enseñanza de Lacan especialmente en la llamada ultimísima enseñanza. A partir de ellos, Lacan llegará a la conceptualización del sinthome entendiendo estos restos inanalizables e irreducibles como lo más singular y a la vez lo más vivo de cada uno de nosotros, como aquel material sobre el que ya no se trata de entender a través del lenguaje sino de encontrar un “saber hacer”.
Alrededor de esta apuesta Lacan llevará más allá su propia enseñanza, introduciendo algunos nuevos conceptos fundamentales. Reinventará la noción de inconsciente (Unbewusst) como Une-bévue (“una equivocación”, “una metedura de pata”) en la que el lenguaje, más allá de las articulaciones de sentido que porta, será una elucubración sobre las marcas indelebles que deja en el cuerpo. Bautizará a estas marcas como lalangue, enjambres de significantes que funcionan por fuera de todo sentido “común”, dentro de la lógica poética, de la lógica del witz, y de la sorpresa de los juegos de letras y sonidos que hacen resonar el cuerpo vivo con un goce difícil de gobernar.
Todo ello producirá una reorientación decisiva en la clínica lacaniana.
En este curso nos proponemos hacer un recorrido por los seminarios de Lacan que van desde el año 1972 en el que se inicia su seminario 20 Aún hasta el año 1977 en el que termina su seminario 24 “L´insu que sait de l´une-bevue s´aile a mourre”, sin dejar de lado sus textos y conferencias fundamentales de estos años.