A cargo de los invitados Camilo Ramírez y Ariane Chottin
Organizada por el Departamento de Estudios de Psicoanálisis en Instituciones de la Sección Clínica de Madrid (Nucep).
«Los tropiezos de la adolescencia hoy»
Camilo Ramírez
Psicoanalista en Paris, miembro de l’ECF y de l’AMP, presidente de parADOxes
Ariane Chottin
Psicoanalista en Paris, miembro de l’ECF et de l’AMP, directora de parADOxes
Coordinación: Gabriela Medín
PREGUNTAS A CAMILO RAMÍREZ Y ARIANE CHOTIN
P: Nos gustaría que nos presentéis a Paradoxes, la institución para jóvenes en París en la que tenéis un rol activo.
Los adolescentes que recibimos en parADOxes están atrapados en los tropiezos de la vida: amar, aprender, elegir. Pueden en ocasiones encenderse, quemarse o apagarse. Sin manual de instrucciones para lidiar con los misterios del sexo y de la muerte, con el impulso del deseo y la extrañeza del placer que surgen con la pubertad, período de sacudidas del cuerpo que constituye la adolescencia.
ParADOxes, fundada en 2009 por Normand Chabot, es una asociación que acoge en Paris, adolescentes de 11 a 25 años para consultas psicoanalíticas gratuitas y limitadas en el tiempo, así como para talleres de escritura individual conocidos como “Ateliers Chemin de Vie” (talleres Camino de Vida) u otros talleres en grupos reducidos. También acompañamos profesionales que trabajan con jóvenes para análisis de su práctica (supervisiones) o conversaciones clínicas.
Nuestra brújula es el psicoanálisis lacaniano tanto para los 15 psicólogos y psicólogas clínicas y las 4 talleristas que forman el equipo. Nosotros ponemos al trabajo nuestra clínica en cartel y en reuniones de equipo con el nuevo presidente Camilo Ramírez, es lo que mantiene vivo nuestro deseo y nos enseña sobre los nuevos síntomas de la juventud.
P: ¿Cómo se orienta vuestro trabajo clínico? ¿La clínica del parletre, es algo que está presente en vuestra práctica allí?
Trabajamos con múltiples parteneres que están muy atentos al tratamiento de la demanda del Otro social para tomar distancia de las intenciones de adaptación o normalización que conciernen a los adolescentes que nos envían. La acogida de la demanda necesita a veces velar el discurso contemporáneo sobre la juventud, con frecuencia crudo y estigmatizante. Los intervinientes propician la presencia de un hueco, de un vacío, donde cada joven recibido podrá alojar un decir nuevo, de forma que el mismo pueda resonar, marcando así un antes y un después.
Con frecuencia solicitados por otras instituciones que también acogen adolescentes, los intervinientes de parADOxes nunca ocupan una posición de saber o de expertos : lo que hacemos es abrir un espacio de conversación donde cada uno pueda desplegar su malestar y los callejones sin salida con los que él o ella chocan.
El zócalo común de los diversos dispositivos consiste en volver a darle una dignidad a la palabra, combatiendo así el efecto de empobrecimiento de la lengua propio de nuestra época.
La clínica del parlêtre está muy presente en parADOxes : la orientación deseada para los tratamientos cortos apunta a atrapar los surgimientos, las fulgurancias, los efectos de sorpresa a nivel de la lengua, más que el despliegue histórico de la cadena significante y sus efectos de sentido. Bien entendido, los dos niveles coinciden : a veces el aislamiento de un significante conlleva un efecto de sentido aclarador, indicando para algunos la presencia de un goce ignorado, mientras que para otros su surgimiento permite la introducción de un corte, de una separación.
Los intervinientes, todos analizantes, están advertidos de abstenerse a intentar provocar efectos de verdad.
P: ¿Encontráis algún aspecto destacable a transmitir a partir de vuestras elaboraciones sobre la clínica con jóvenes en este momento?
El rasgo más notable de este año ha sido la reinvención de las prácticas para hacer frente al real de las medidas sanitarias (confinamientos y toque de queda) asociadas al COVID.
En un primer tiempo, abrimos la posibilidad de consultas y talleres a distancia, en un segundo tiempo las actividades fueron híbridas (en presencia o a distancia, pudiendo ambas alternarse).
En junio, propusimos un encuentro a nuestros parteneres para conversar sobre la prisa con la que hubo que renovar nuestras prácticas para acompañar a los jóvenes fragilizados por la ruptura de los vínculos como consecuencia del confinamiento. Marcos, referencias y rutinas habían desaparecido súbitamente, dando lugar a un abanico de manifestaciones, tan pronto del lado de la invención, como de las respuestas sintomáticas.
En lo que se refiere a los adolescentes, era comprensible el alivio que para algunos suponía no estar sujeto a las exigencias educativas o sociales, mientras que a otros les resultaba insoportable tener que enfrentarse a la cohabitación familiar inconcebible, o la angustia de constatar que el encierro se eterniza, dando lugar a la incertidumbre donde el deseo se asfixia a falta de un horizonte hacia el que proyectarse.
Del mismo modo, la ruptura que la pandemia ha operado, entre lo individual y lo colectivo, instaura en muchos jóvenes una soledad dolorosa, que necesita hoy más que nunca del encuentro del lazo y del lugar donde poder decirse.