Después de escuchar las “sandeces” con las que nos prodigan a diario algunos de los líderes de extrema derecha de nuestro país y de las grandes potencias del mundo, podríamos afirmar que lo que está de moda en esta época es la idiotez y que no está reñida con la depravación ni con el mal.
Una importante mención de Lacan a la idiotez la encontramos en el Seminario XX: “Con Φ designamos ese falo que preciso diciendo que es el significante que no tiene significado, aquel cuyo soporte es, en el hombre, el goce fálico. ¿Qué es? Nada más que lo que subraya la importancia de la masturbación en nuestra práctica: el goce del idiota”.
Y aquí idiota está referido al término griego idiotes que en la Antigua Grecia aludía al ciudadano que mostraba una ignorancia cívica, el que no se interesaba por la marcha de la ciudad. En Lacan, idiota relacionado al goce masturbatorio, recupera su origen etimológico. No se trata de una descalificación, sino de un goce que aboca al sujeto a un solipsismo masturbatorio que combina muy bien con el consumismo de esta época.
Encontramos en nuestros divanes que la sexualidad en este momento está marcada por este goce idiota que hace del amor algo autárquico y técnico que no permite un amor sostenido en la diferencia y en lo irrepetible del otro.
Trabajaremos estas y otras referencias en Lacan y los desarrollos de H. Arendt donde crítica al platonismo y a Heidegger, por dejar de lado la cuestión del cuerpo y el mundo sensible para enraizarse en una idea de transcendencia que se vincula inevitablemente con la muerte.
Y con estos recorridos y los que vayan surgiendo en este curso indagaremos las consecuencias de vivir en una época presidida por la idiotez y tánatos.