La hipótesis del Discurso Capitalista formulada por Lacan en 1972 pone un acento especial en la «forclusión» del punto de anclaje que, sin embargo, sí está presente en los otros discursos. En esa operación se pone de manifiesto un rasgo de época con la proliferación de interpretaciones delirantes que suplen a ese punto de anclaje dándole forma a versiones paranoicas del Otro y su deseo.
A su vez, expulsado el anclaje, surgen inéditos imperativos de goce que permiten darle una nueva lectura a las actuales derechas neoliberales y su empuje al estado de excepción.