Conferencia online abierta al público dentro del ciclo «Cita con la práctica psicoanalítica hoy» del Seminario del Campo Freudiano de la Sección Clínica de Madrid (Nucep).
Afectos bajo transferencia
“No se conoce ningún afecto que no tenga una respuesta corporal y para pensar el afecto hay que hacerlo pasar por el cuerpo.”
Jacques Lacan,[1] Radiofonía y Televisión.
La clínica psicoanalítica es una clínica bajo transferencia en la que hay un tratamiento para los afectos, el afecto se presenta como un desafío práctico para el psicoanalista que tiene que decidir qué lo determina. Los afectos están presentes desde el comienzo del análisis, el síntoma afecta a quien demanda un análisis y va acompañado de afectos penosos. El primer afecto que se presenta en la transferencia es el amor dirigido al supuesto saber del Otro, gracias al amor de transferencia el síntoma puede conectarse al inconsciente, lo que permite su desciframiento en el análisis.
El desciframiento de los significantes inconscientes produce otro afecto, la alegría a la que Lacan se refirió como gay saber- saber alegre. Pero descifrar el inconsciente y “encontrase en él” son cosas diferentes y si el sujeto no se encuentra en su inconsciente, para lo que es necesario el “bien decir”, entonces se ve invadido por la tristeza que es considerada por Lacan un pecado, desde el punto de vista ético.
El saber obtenido en el análisis le produce satisfacción al sujeto pero como es siempre fragmentario pues la verdad sólo puede decirse a medias, también le produce insatisfacción. En el análisis el sujeto experimenta los límites que le impone la estructura del lenguaje, lo que produce afectos que son didácticos en la medida en que muestran que ese límite es necesario. La aceptación de esos límites impuestos por la castración en el saber, en el goce y en el ser, pone en primer plano lo imposible como modo de presentarse lo real pero a partir de lo imposible el sujeto encuentra una solución para salir de la impotencia.
Entre todos los afectos, hay uno que no falta en ningún análisis, ese afecto es la angustia, el único afecto que no engaña respecto a lo real. La angustia lacaniana no es sólo signo de lo real es también un afecto productivo capaz de transformar el goce en objeto causa del deseo. Al final del análisis, otro afecto que no engaña respecto a lo real puede presentarse, un afecto de satisfacción que permite concluir el análisis, es una reacción terapéutica positiva del sujeto frente al goce irreductible de su síntoma, no se produce automáticamente sino que depende de una variable individual, una variable ética, que siempre está presente en el afecto.
Araceli Fuentes
NOTAS
[1] Lacan, Jacques., Radiofonía y Televisión, Ed. Anagrama, Barcelona, 1993, p.104.
INSCRIPCIÓN ABIERTA AL PÚBLICO
La conferencia se celebró el pasado 24 de abril en formato online, con una participación de más de 170 personas de todo el mundo.