A cargo de Gerardo Réquiz
Organizada por el Departamento de Estudios de Psicoanálisis en Instituciones de la Sección Clínica de Madrid (Nucep).
Clínica psicoanalítica de las toxicomanías en institución
El próximo sábado 12 de febrero de 2022 tendrá lugar una nueva cita con el DEPI (Departamento de Estudios de Psicoanálisis aplicado en las Instituciones). En esta ocasión, y dentro del eje temático dedicado este curso a la “Clínica del parlêtre en instituciones”, contaremos con la intervención de Gerardo Réquiz.
Gerardo Réquiz es psicoanalista en Madrid, AME de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, miembro de la ELP y la NEL, colaborador del DEPI en la Sección Clínica de Madrid (Nucep).
Coordina: Andrés Borderías (CPA Madrid ) y Araceli Fuentes (CPA Madrid)
Preguntas a Gerardo Réquiz
P: Buenos días Gerardo. En breve vas a intervenir en el DEPI, del que eres colaborador, para hablar de tu experiencia institucional en Caracas. ¿Puedes anticiparnos algo sobre ello?
Mi experiencia en el tratamiento con toxicómanos se inicia en el Centro Fundanalítica, fundado en Caracas a finales de los años ochenta a instancias de Judith Miller y el naciente Campo freudiano al cual quedo adscrito. En sus comienzos funcionaba como un centro de atención no solo para adictos. Para cuando asumí la dirección en 1998 ya solo se ocupaba del tratamiento de drogadictos y alcohólicos. El equipó siempre estuvo conformado exclusivamente por analista lacanianos. Contaba, además, con una trabajadora social encargada de gestiones como el contacto con jueces, hospitales y otras instituciones ligadas al tema de las drogas, y a la reinserción laboral de pacientes. Aunque inicialmente recibíamos aportes económicos de instituciones privadas, como bancos comerciales que estaban obligados por el Estado a patrocinar programas sociales, sin embargo, no estábamos forzados a rendir cuentas ni a seguir ningún lineamiento. Solo exigían que atendiéramos a sus empleados y familiares. La duración de los tratamientos era de seis meses, pero podía extenderse más tiempo a criterio del analista. La casuística y los desniveles sociales eran muy variados, pero con prevalencia de personas de escasos recursos en barrios pobres de la ciudad. Las tarifas eran muy reducidas y adecuadas a las condiciones del paciente, en muchos casos gratuita.
P: En el DEPI llevamos dos años trabajando sobre “Clínica del parlêtre en instituciones”. Esta perspectiva ¿te permite repensar tu experiencia?
Si algo pone en primer plano al cuerpo es la toxicomanía. En este sentido los últimos desarrollos de Lacan, que hoy conocemos como clínica del parlêtre, son inestimables en la praxis precisamente por su énfasis sobre el cuerpo y lo real del goce. Los primeros acercamientos en el Campo freudiano a las drogadicciones estuvieron enmarcados en la clínica estructural, la clínica de la falta en ser que heredamos de Freud con el falo y el Nombre del Padre como ejes fundamentales. La pertinencia de esta referencia sigue vigente, pero, como observan los colegas del TyA de Buenos Aires, hemos avanzado en la comprensión de las toxicomanías esclareciendo la relación del tóxico con la pulsión y sus objetos. Esto se debe a la condición cesible del objeto a, como destaca Lacan en el seminario sobre la Angustia, que permite esta relación con el objeto a, así como igualmente la posibilidad para el analista de ocupar el lugar de objeto causa de deseo de análisis. Con la clínica del parlêtre surge la pregunta sobre la vinculación de los objetos de consumo de cualquier índole, ya no solo con la pulsión, sino con la huella primaria del impacto de la palabra sobre el cuerpo y de la iteración del goce que de ella resulta en algunos casos de adicción.
Muchas gracias Gerardo, te escucharemos el sábado 12 de este mes de febrero, a las 10 am, con interés!