Goce, culpa , impunidad.
De los laberintos de la culpa a la política del síntoma.El goce: no hablamos de otra cosa, sin saber cómo nombrarlo bien. El goce es el nuevo sujeto, el sujeto lacaniano,aquél que, haga lo que haga, evite lo que evite, suprima lo que suprima, goza. Pienso, luego gozo; intento no pensar, luego gozo. Acaricio, luego gozo: me acarician, luego gozo. Y todo lo que sigue a esto. En sí, el goce no tiene otro límite que el cuerpo. De modo que, en general, antes de llegar al límite, con las palabras,con las letras, con el saber, ponemos un freno al goce, pues de otro modo… Llamamos síntoma al trabajo de contener el goce, a partir de lo cual hablamos de una clínica: ya que el goce no se puede suprimir mientras vivimos, hacemos política de él, una política que incluye al inconsciente.
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XII Jornadas